Uno de los procesos
más significativos en la construcción social, está relacionado con el proceso
de conexión y vinculación a las creencias y las actitudes de la comunidad que
se difunden con la participación en la escolaridad. Este proceso que es
inducido por los mayores a las nuevas generaciones, presenta como antecedente
la posibilidad de construir la conciencia de cada ciudadano. Induciendo con su
asistencia, un conjunto de imaginarios que existen y son previos al existencia
de cada individuo y que conforman los elementos estructurales de la cultura.
Este primer
encuentro en la mayoría de las ocasiones, está adscrito a una serie de
recomendaciones que forman parte de principios relativamente constantes,
algunos de ellos son recomendaciones especiales orientadas a situaciones que
impidan el éxito personal, al interactuar con los demás como por ejemplo:
·
No inmiscuirse demasiado con las
demás personas, para formar colectivos que puedan ocasionar acciones de
indisciplina.
·
Establecer condiciones de vida que
indique, que las otras personas eviten involucrado de manera involuntaria,
·
No preocuparse por las
dificultades que tienen las demás personas,
·
Alejarse de aquellos otros, que no
pretendan competir o establecer procesos de superioridad personal, a fin buscar la oportunidad de demostrar, quién es
mejor que los demás.
·
Si reciben una acción violenta o
agresión, devolverla con mayor intensidad, para que no se vuelva a repetir y
así sucesivamente un conjunto de recomendaciones dados como principios de
sabiduría permanentes, a fin de construir un sendero hacia el éxito personal e individual.
La problemática que
subyace a este período, consiste en la suma de momentos previos rodeados de
prejuicios, que han construido históricamente sus progenitores, bajo las
creencias de que son absolutamente ignorantes de conocimientos relacionados con
la pedagogía, la didáctica, en fin; saberes hacia la motivación y otro grupo de
signos y posibles conocimientos, que ayudaría a convertirlos en seres bien educados.
Un evento ilustrativo de éste escenario previo, se puede iniciar con siguiente
ejemplo: ¿puede usted imaginarse las situaciones que estaría viviendo de forma
cotidiana, si un vecino en su edificio de apartamentos, contiguo al suyo, fuese un
aprendiz de batería o de trompeta? Debería soportar durante largos periodos de
tiempo, un sinnúmero de ruidos con repeticiones sistemáticas, las cuales
podrían ser insoportables. Si en la disposición de su voluntad, respeto y
tolerancia, no tuviese suficiente paz, comprensión, paciencia y el afecto por
aquella persona, que está asumiendo un proceso de aprendizaje tan ruidoso. Posiblemente
usted no tuviera la disposición de colaborarle para que continúen en su empeño.
Si su vínculo emocional no fuese lo suficientemente consistente, estaría
rogando a Dios que terminara y que abandonara dicho propósito, logrando descansar
mayores periodos de tiempo de los ruidos que pudiese producir un aprendiz de
instrumento musical. Pero veamos la misma realidad desde otra perspectiva. Los
Padres de ese aprendiz están lo suficientemente motivados, para acompañar y
asumir los costos que implica comprar el instrumento musical, bajo el riesgo de
una posible desmotivación. Disponer de su mejor ánimo para estimular esa
oportunidad de expresar talentos y capacidades personales, que lo haga feliz a
partir del descubrimiento de su diferencia, además de estar dispuestos a estimular
y a reconocer los pocos alcances que sirva de acicate, para continuar en su
propósito y en su sueño, de ser un gran baterista o un solista instrumental de
la farándula que le prodigara la fama.
Con las anteriores
argumentaciones quiero mostrar, que la familia tiene de la posibilidad de
convertirse en un escenario educador con las mejores condiciones psico
pedagógicas, de motivación, disposición de espacio, acompañamiento, estímulo y
cualquier conjunto de acciones que propendan por el logro del objetivo, a
partir de ir reconociendo paso a paso las competencias que va logrando de
manera que sea un auto estímulo y un reconocimiento, las condiciones que
promuevan dicha y finalidad de darle a su cerebro y a su conciencia la
capacidad de ser distinto para explotar y reconocer sus talento y su potencial.
Estamos iniciando
procesos que bordean los nuevos paradigmas del aprendizaje y superan aquellas
condiciones relativamente arcaicas diseñadas para la enseñanza. La naturaleza dota
a los seres vivos para hacer y dar un acompañamiento eficaz y eficiente, además
de duradero, hasta llegar a los momentos en que el individuo, sienta la
necesidad de su propia independencia. Es la dote de la es relativamente soslayada
por los grupos familiares modernos que han comprado la idea, o la han asumido
como propia para auto considerarse personas no idóneas para promover el
aprendizaje además de no tener la formación académica que propende por el éxito
en la enseñanza.
La sociedad moderna
y el estilo de los modelos del sistema educador, han creado una falsa
conciencia en los padres. Ellos están desperdiciando la primera etapa de la
formación de sus hijos, para construir en ellos procesos y conexiones de tipo
neuronal, que modelan aprendizajes relacionados con el dominio personal, el
control de las emociones, la capacidad de compartir con otros y socializarse. Además
las posibilidades de auto descubrimiento de buscar en sus niños momentos para
reconocerse como seres distintos, con las posibilidades de orientar de manera
formativa y disciplinada, hábitos ciudadanos convenientes.
Dejar pasar esta
etapa de vida con los hábitos comunes asumidos por las familias modernas es una
de las peores condiciones que además explican parte del fracaso escolar existente.
Aunque parezca irreverente se cruzan de brazos a esperar que transcurra el
tiempo, para que después de 4 a 6 años entreguemos los hijos al sistema escolar,
relativamente mal hechos.