viernes, 24 de julio de 2009

LA CALIDAD ESPERADA

Pensar en el concepto de la calidad es un proceso que implica demasiadas variables, las cuales confluyen de manera simultánea y desde diferentes perspectivas. Podríamos recordar algunas definiciones simples como lo es: la satisfacción del cliente, la eliminación de los desperdicios, la estandarización y el control del proceso etc.. Para la mayoría de los administradores educativos el proceso de la certificación, ha sido un conjunto de actividades que han ordenado significativamente los procesos de gestión y administración. Se ordena de manera sistemática un grupo de procesos vinculados directamente con la administración y el soporte institucional para los procesos de la operación educativa. De alguna manera ha sido visto como una cualificación que permite darle valor agregado, en contraprestación a la inversión hecha por los costos de la asesoría y la certificación propiamente dicha. “Se ha hecho una gran inversión”

Para puntualizar cada una de estas definiciones sin ser muy exhaustivos, sería deseable que evaluara “la voz del cliente” al cual se le debe entregar una serie de servicios que garanticen su satisfacción. ¿La pregunta de saber cuál es el cliente sería el primer reto conceptual a resolver? Los programas de certificación de calidad han dado mayor nivel de satisfacción al cliente… alumno? o al cliente… padre de familia?. Al revisar algunas políticas de calidad he podido identificar en algunas instituciones que se involucran ambos grupos de personas, pero no resulta lo suficientemente claro y evidente, cuáles han sido los cambios que permiten reconocer los indicadores que existían antes del proceso de certificación, para poderlos comparar con los indicadores que podemos establecer y mirar la satisfacción de los servicios entregados “a los alumnos o a los padres de familia”. Los procesos fundamentalmente han continuado iguales. Desde el punto de vista de generar conocimiento en clase no hay planes de mejoramiento. Darle mayor participación, acercamiento para provocar mayor satisfacción a los padres de familia; contrasta con las prohibiciones y controles del manual de convivencia y reglamentos internos. Indicadores alrededor de estos temas están totalmente ausentes o por lo menos son casi imperceptibles.

Para la segunda definición, pudiéramos preguntarnos ¿cuáles serían los desperdicios que se han eliminado? En los procesos de clase todavía continúan los dictados, existiendo herramientas de transcripción y transferencia de información tan ágiles como los propuestos por los sistemas informáticos. La disminución de los tiempos en los cuales un grupo de contenidos pueden llegar a ser dominio de los alumnos, no se identifican como corregidos o disminuidos. El grupo de contenido sigue siendo relativamente igual y con la misma duración. Los docentes resultan igual de ocupados, repitiendo los mismos procesos sin una mejora identificable. Por el contrario se han aumentado las actividades, llenando los “registros de calidad” los cuales no son resultado de la gestión en operación en el gerenciamiento de la rutina diaria, sino que son procesos adicionados a los ya existentes para continuar haciendo lo mismo, con un poco más de trámites y documentos.

En cuanto al control de los procesos que permitan evitar la variación y hacer correctivos a partir de las identificar las “no conformidades” como podría ser la pérdida de una materia, pues el no alcanzar los logros planeados, lo cual es un resultado no deseado, no se identifican en las auditorías acciones correctivas, porque son ajenas al proceso y son responsabilidad del alumno. Las acciones correctivas que permitan planes de mejoramiento, análisis de causas para diseñar proyectos que permitan la disminución de las no conformidades, ni tampoco se perciben actividades grupales que permitan ver registros de las herramientas de la calidad como: análisis de Pareto, diagramas causa efecto, ni cuadros comparativos que permitan reconocer las posibles fuentes de desviación etc. Siguen todavía las ansiedades de los padres de familia esperando periodos de dos meses para ver los resultados. El deseo de poder reconocer: ¿Qué acciones correctivas o cómo puede participar en las políticas de calidad para el mejoramiento del rendimiento académico de sus hijos, no es una característica de la calidad.

Como especialista en sistemas de gestión de la calidad y como pedagogo, no observo de manera objetiva el impacto en la calidad en las instituciones que he observado. Quisiera identificar los posibles procesos de mejoramiento en las habilidades que desarrollan los alumnos, en la incorporación de competencias y destrezas adicionales y nuevas, después de implementar procesos de mejoramiento continuo. Queda muy claro que se ha generado empleo en los consultores y se han aumentado los ingresos a las empresas certificadoras, pero el impacto en las familias, en la innovación de los procesos pedagógicos, en la incorporación de mejoramiento tecnológico de los procesos, todavía queda mucho por trabajar y por lograr.

Otra cara de la moneda puede ser el reconocimiento las características de la calidad. Cuando los procesos son prestados a los clientes como por ejemplo: mayor tiempo de dedicación en la atención a las necesidades de los clientes. Asumo que se ha aumentado el número de horas disponibles para poder atender a los padres de familia. Cuando ello ocurre la satisfacción salta a la vista y se mejoran las relaciones de comunicación entre el docente y el padre de familia, lo cual pudiera verse como indicador en el número de horas disponibles de cada profesor para dedicarse a dicha actividad. Cuando hay una facilidad en la adquisición de la información que se necesita, como la expedición de documentos. La aclaración de las dudas a unas notas o calificaciones recientes a la evaluación, refleja de alguna manera, simple y diáfana la presencia de procesos de calidad. Cuando se disminuye el número de llamadas y tiempos de espera de un padre de familia para poder contactar a un docente y resolver alguna inquietud respecto del comportamiento de su hijo se identifica la calidad. Dicho en otros términos “la calidad a veces es difícil implementarla pero es muy fácil percibirla”

Es deseable que sea notorio en los estudiantes el deseo de querer aprender y saber. Se ven incrementadas las habilidades de investigación y el manejo de uso de la información con las nuevas tecnologías que el entorno le ofrece. La observación parece indicar que han sido más los procesos de aprendizaje no escolarizados los que han dotado a las nuevas generaciones en el uso de los nuevos componentes que ofrece el mercado, como los celulares, las máquinas de DVD, los computadores, las videograbadoras etc. Es evidente que este aprendizaje está en las nuevas generaciones, puesto que son llamados por algunos autores nativos de la era tecnológica, mientras que las personas que son sus docentes, los cuales son inmigrantes a estas tecnologías, guardan relativo silencio y en algunos casos prohíben el uso de componentes de comunicación que pudieran tener una enorme utilidad en la difusión de la información, el conocimiento y las habilidades comunicativas. Hay muchas cosas que están aprendiendo las nuevas generaciones en ambientes no escolarizados, los cuales no son un reflejo de implementación de acciones correctivas, ni de planes de mejoramiento, ni de implementación de nuevas variantes pedagógicas producto de la implementación de sistemas de calidad en la institución educativa.

Sí es claro que este tipo de aprendizaje sí impacta fundamentalmente el uso de estos componentes en la familia. Son las capacidades investigativas de los jóvenes los que resuelven los problemas técnicos y de operación con dichos componentes, para las personas adultas. Las nuevas generaciones no pueden imaginarse el mundo sin un chat, la vida sin comunidades virtuales como el facebook, el Messenger etc. Más bien son nuevas preocupaciones de las cuales no han acciones correctivas, ni planes de mejoramiento, ni liberación de producto, ni formación o capacitación para el uso idóneo, como parte de los procesos pedagógicos y educativos en los planes curriculares. El uso excesivo de estas herramientas sincrónicas despierta más preocupaciones de tipo ético y normativo, que la posibilidad de proyectos de investigación para su aplicación en los procesos de aprendizaje.Salon_Muñecos

Finalmente el docente cierra la puerta y en el escenario del salón de clase se reproducen  procesos de poder y de imposición que no obedecen a un diseño de grados de libertad en la administración o la gestión de procesos. Son pocos los casos donde se identifican manuales de procedimientos o instructivos que enriquezcan la planeación de las actividades de aprendizaje, al interior del acto educativo. Con la puerta cerrada, hay el silencio de los alumnos que temen desarrollar autonomía, porque pueden ser tildados de “indisciplinados” que temen probar su polivalencia en nuevas habilidades, porque temen ser tildados de “dispersos y desatentos”. Después que la puerta está cerrada, muchos alumnos renuncian a defender sus propias ideas y argumentos, porque temen ser tildados de “rebeldes o líderes negativos”, porque su principal actitud debe ser quedarse quieto, callado y escuchar la mayoría del tiempo. Porque el debate interrumpe el silencio y ser distinto y diferente son actos de desviación de la norma y el sueño de “Juan Salvador gaviota” es sinónimo de subversivo.

El escenario de la calidad deberá ser una actividad más perceptible como indicadora de los procesos de cambio, de incorporación de las tecnologías que propician el despertar de nuevas habilidades y destrezas propias de la sociedad del conocimiento.

sábado, 4 de julio de 2009

Inventando indicadores de calidad en la educación

Con la pretensión de acercar a los lectores a un reconocimiento de la calidad como un concepto complejo, desearía puntualizar dos reflexiones que resultan importantes para avanzar un tanto, en el conocimiento de la calidad al interior del sistema educativo.

Con la pretensión de establecer unas medidas específicas del alcance de la calidad, las estadísticas descriptivas nos pueden indicar algunos estándares que puedan estar reflejados en el sistema evaluativo y puede ser un indicador los altos niveles de calificaciones de una población educativa, dentro de una institución o de un grupo de instituciones. Esta manera de ver las cosas, no debe soslayar la problemática subjetiva que tiene el sistema evaluativo. <en tanto un número no indica el nivel de conocimiento adquirido, ni refleja las competencias alcanzadas y mucho menos dar información específica sobre indicadores de calidad.

Otro modo de ver el enfoque de la calidad en el sistema educativo, puede ser el grado de satisfacción de los clientes externos (padres de familia) con respecto a las habilidades y destrezas adquiridas por sus hijos en la institución educativa. Este escenario es una prueba de la investigación y auto aprendizaje “no promovido por la institución educativa” Es un aprendizaje no escolar en muchos casos.

Utilizar las herramientas informáticas en algunos colegios se están incluyendo en el Diseño curricular, pero tiene la limitación de una gran población de usuarios para un grupo restringido de equipos; por cuanto su costo e implementación exige inversiones superiores al modelo económico imperante, de economías controladas con respecto a los ingresos por matrículas y pensiones. Este debate entra en un círculo vicioso de creer que la calidad del educación está impedida por las regulaciones económicas. Esta discusión se repite como descubrir "cual fue primero el huevo o la gallina"

Lo curioso de este debate, es que desplaza la atención para atender el problema de manera estructural. Esto es, ¿cuáles son los escenarios de aprendizaje posibles que un estudiante tiene frente a las herramientas informáticas?. Esta pregunta nos plantea dos momentos: por un lado, la inversión pública hace grandes intentos por aumentar el nivel de máquinas por alumno. El estándar nacional es de 20 alumnos por computador. Si miramos el estándar en las instituciones de educación privada de los estratos 3,4 y 5 este indicador cambia radicalmente. Esto no llevar al segundo elemento de la discusión. ¿Cuáles son las propuestas pedagógicas que incluyen el uso de los computadores existentes en el contexto escolar "incluyendo el aula de clase y el hogar". Lo interesante de estos dos extremos de análisis, es que polariza las cantidades. De un lado en la institución hay muy pocos computadores para los alumnos. Del otro lado son muy pocos los profesores que estarían habilitados para trabajar con dicha estrategia.

Esta situación convierte el problema en un enfoque similar al del “huevo y la gallina” porque son espacios del contexto de la vida de los estudiantes pero desconectados de los proyectos institucionales. De un lado el proyecto institucional de la familia ha delegado en el colegio la incorporación de este tipo de saberes y para ello paga. Del otro lado, la institución educativa recurre a las limitaciones oficiales o a la teoría ideológica de defender a los pobres, para no imponer dicha obligatoriedad en los proyectos curriculares. Parece ser un círculo vicioso, pero es necesario darle salida. En este caso los indicadores de calidad nos dan algunas pistas. ¿Cómo poder medir la cantidad de horas de formación de los docentes en la incorporación de las tecnologías de la información en la comunicación? La actualización docente es un indicador de calidad. Sugiero una fórmula particular. Restar el número de horas laborales de una semana de cinco días por ocho horas diarias a la cantidad de horas que tienen asignadas los docentes para dictar clases. Agrupar estos datos en una gráfica de distribución simple  de Número de horas disponibles por profesor, grado, por sección etc..  Estipular como indicador de calidad  la disponibilidad potencial de formación en TICs”.

Esto nos pudiera indicar la capacidad que tiene la institución educativa para establecer una estrategia formativa que permita actualizar a los docentes en las tendencias de la modernidad. Sería altamente deseable que las asociaciones de padres de familia pudieran comparar estos indicadores y optar por inducir y colaborar a la institución en un proceso de actualización docente en las herramientas de la modernidad. Basta solamente preguntar cuántos de los alumnos están usando facebook, messenger, ICQ, Skype y otras herramientas de comunicación a sincrónica y sincrónica y cuanto hace que vienen interactuando con herramientas de comunidades sociales virtuales. En mi época cuando quería conocer a una chica, preguntaba: “Estudias o trabajas?. Ahora es: ¿cual es tu usuario en Facebook?.