Mostrando entradas con la etiqueta Familia formadora. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Familia formadora. Mostrar todas las entradas

lunes, 6 de octubre de 2014

EL TROMPETISTA

Uno de los procesos más significativos en la construcción social, está relacionado con el proceso de conexión y vinculación a las creencias y las actitudes de la comunidad que se difunden con la participación en la escolaridad. Este proceso que es inducido por los mayores a las nuevas generaciones, presenta como antecedente la posibilidad de construir la conciencia de cada ciudadano. Induciendo con su asistencia, un conjunto de imaginarios que existen y son previos al existencia de cada individuo y que conforman los elementos estructurales de la cultura.
Este primer encuentro en la mayoría de las ocasiones, está adscrito a una serie de recomendaciones que forman parte de principios relativamente constantes, algunos de ellos son recomendaciones especiales orientadas a situaciones que impidan el éxito personal, al interactuar con los demás como por ejemplo:
·        No inmiscuirse demasiado con las demás personas, para formar colectivos que puedan ocasionar acciones de indisciplina.
·        Establecer condiciones de vida que indique, que las otras personas eviten involucrado de manera involuntaria,
·        No preocuparse por las dificultades que tienen las demás personas,
·        Alejarse de aquellos otros, que no pretendan competir o establecer procesos de superioridad personal, a fin  buscar la oportunidad de demostrar, quién es mejor que los demás.
·        Si reciben una acción violenta o agresión, devolverla con mayor intensidad, para que no se vuelva a repetir y así sucesivamente un conjunto de recomendaciones dados como principios de sabiduría permanentes, a fin de construir un sendero hacia el éxito personal e individual.
La problemática que subyace a este período, consiste en la suma de momentos previos rodeados de prejuicios, que han construido históricamente sus progenitores, bajo las creencias de que son absolutamente ignorantes de conocimientos relacionados con la pedagogía, la didáctica, en fin; saberes hacia la motivación y otro grupo de signos y posibles conocimientos, que ayudaría a convertirlos en seres bien educados. Un evento ilustrativo de éste escenario previo, se puede iniciar con siguiente ejemplo: ¿puede usted imaginarse las situaciones que estaría viviendo de forma cotidiana, si un vecino en su edificio de  apartamentos, contiguo al suyo, fuese un aprendiz de batería o de trompeta? Debería soportar durante largos periodos de tiempo, un sinnúmero de ruidos con repeticiones sistemáticas, las cuales podrían ser insoportables. Si en la disposición de su voluntad, respeto y tolerancia, no tuviese suficiente paz, comprensión, paciencia y el afecto por aquella persona, que está asumiendo un proceso de aprendizaje tan ruidoso. Posiblemente usted no tuviera la disposición de colaborarle para que continúen en su empeño. Si su vínculo emocional no fuese lo suficientemente consistente, estaría rogando a Dios que terminara y que abandonara dicho propósito, logrando descansar mayores periodos de tiempo de los ruidos que pudiese producir un aprendiz de instrumento musical. Pero veamos la misma realidad desde otra perspectiva. Los Padres de ese aprendiz están lo suficientemente motivados, para acompañar y asumir los costos que implica comprar el instrumento musical, bajo el riesgo de una posible desmotivación. Disponer de su mejor ánimo para estimular esa oportunidad de expresar talentos y capacidades personales, que lo haga feliz a partir del descubrimiento de su diferencia, además de estar dispuestos a estimular y a reconocer los pocos alcances que sirva de acicate, para continuar en su propósito y en su sueño, de ser un gran baterista o un solista instrumental de la farándula que le prodigara la fama.
Con las anteriores argumentaciones quiero mostrar, que la familia tiene de la posibilidad de convertirse en un escenario educador con las mejores condiciones psico pedagógicas, de motivación, disposición de espacio, acompañamiento, estímulo y cualquier conjunto de acciones que propendan por el logro del objetivo, a partir de ir reconociendo paso a paso las competencias que va logrando de manera que sea un auto estímulo y un reconocimiento, las condiciones que promuevan dicha y finalidad de darle a su cerebro y a su conciencia la capacidad de ser distinto para explotar y reconocer sus talento y su potencial.

Estamos iniciando procesos que bordean los nuevos paradigmas del aprendizaje y superan aquellas condiciones relativamente arcaicas diseñadas para la enseñanza. La naturaleza dota a los seres vivos para hacer y dar un acompañamiento eficaz y eficiente, además de duradero, hasta llegar a los momentos en que el individuo, sienta la necesidad de su propia independencia. Es la dote de la es relativamente soslayada por los grupos familiares modernos que han comprado la idea, o la han asumido como propia para auto considerarse personas no idóneas para promover el aprendizaje además de no tener la formación académica que propende por el éxito en la enseñanza.
La sociedad moderna y el estilo de los modelos del sistema educador, han creado una falsa conciencia en los padres. Ellos están desperdiciando la primera etapa de la formación de sus hijos, para construir en ellos procesos y conexiones de tipo neuronal, que modelan aprendizajes relacionados con el dominio personal, el control de las emociones, la capacidad de compartir con otros y socializarse. Además las posibilidades de auto descubrimiento de buscar en sus niños momentos para reconocerse como seres distintos, con las posibilidades de orientar de manera formativa y disciplinada, hábitos ciudadanos convenientes.

Dejar pasar esta etapa de vida con los hábitos comunes asumidos por las familias modernas es una de las peores condiciones que además explican parte del fracaso escolar existente. Aunque parezca irreverente se cruzan de brazos a esperar que transcurra el tiempo, para que después de 4 a 6 años entreguemos los hijos al sistema escolar, relativamente mal hechos.